Raúl Gámez
Por Damián Giovino (@DamianGiovino)
Trascendió el mero rol de dirigente exitoso de un club, para convertirse en un acervo popular y mito del fútbol argentino. Con la cultura de la calle, la tribuna y apenas habiendo terminado el Primario, cambió la historia de Vélez con sideral capacidad de gestión y visión, dejando un legado imborrable. De profundos valores. Humanizamos a Raúl Gámez, personaje entrañable y singular.
-¿Notas ese respeto y admiración de los hinchas del fútbol en general, al margen de la camiseta?
-Lo noto. Voy a cualquier cancha y me tratan con respeto y cariño. Eso es lo que busqué en mi vida. También el hincha empatiza conmigo por mis orígenes… yo salí de la tribuna, colgado de la popular, en una época donde no había entradas gratis, micros gratis. En torno mío se han generado muchas historias de peleas que he tenido y me las agrandan, como que todas las gané, y por ahí las perdí todas. La gente nota que soy auténtico, que digo y hago lo que pienso y siento, nunca fui careta y hablé según mis conveniencias. Siempre en Vélez en mis gestiones buscamos actuar con criterio, con el ejemplo, ante todo; dar una buena imagen como institución.
-Lograste una de las cosas más difíciles de realizar: cambiar la historia de un lugar y dejar un legado que perdure en el tiempo…
-Una vez leí un artículo que me enamoró y que hablaba de la gente que lucha por seguir viviendo y de la gente que lucha por no morir. La primera clase de personas con tal de seguir viviendo se agarra de cualquier cosa, acepta todo como viene, le da igual si algo es honesto o no. La segunda clase es la que busca después de fallecer seguir viviendo a través del recuerdo de la gente y de las obras realizadas, a eso apunté yo mi vida.
-Apenas terminaste la escuela primaria, pero como dijiste una vez: “no sólo el estudio es sinónimo de inteligencia o condiciones morales”.
-No existe tener mucha o poca moral, la tenés o no la tenés. Sufrí mucho el no tener cultura, porque el estudio te permite tener más vocabulario para expresarte mejor, para defender mejor tus ideas con argumentación. Pero también vos ves tipos formados intelectualmente que te hablan con mucha riqueza de palabras, pero que están diciendo cualquier barbaridad sin sentido y confunden a la gente. Lo mío siempre fue cuerpo a cuerpo, el contacto con la gente, el avisar lo que ibas a hacer y hacerlo por más que sean medidas poco felices para algunos, todo en pos del bien de Vélez.
-Hoy la calle es sinónimo de algo negativo: lleno de peligros para un chico. En tu época la calle y el barrio eran sinónimos de avispado, te enseñaba…
-En mi época de chico ser un atorrante no era algo despectivo, había otros valores en la sociedad. Estaba el ejemplo de los mayores, el respeto al prójimo, la buena relación con los vecinos. Antes la cultura de la calle te enseñaba valores para la vida, eso se perdió. Éramos felices con menos cosas.
Y lo mismo en la época de tribuna en que Raúl era un hincha caracterizado de Vélez, como él remarca: “nos peleábamos por la bandera, por defender los colores, pero a puño limpio, sin armas, sin drogas, sin alcohol, no la ligaba el plateísta común, ni los pibes o las mujeres. Éramos útiles echando a los punguistas de la tribuna”.
-Ser hincha y dirigente suenan a antónimos, o se es hincha pasional en la tribuna o se es dirigente racional en las oficinas del club. Vos lograste romper prejuicios y unir ambas cosas: seriedad dirigencial, conducción, proyectos, sin perder tu lado pasional: guapo y de barrio como toda la vida.
–¿Cómo iba a perder mi esencia? Menos por respeto a mi familia que fue la que me educó con valores. Guapo no fui nunca, hacía cosas de inconsciente, no analizaba las situaciones ni el riesgo que corría. Dios me ayudaba porque de todas las situaciones salía adelante. Si veía una injusticia, me metía sin analizar los peligros.
-El poder se puede convertir en una enfermedad y adicción, hay gente enferma de poder. Vos lograste mantenerte en eje siendo el ´Pistola´ de siempre…
-Como dice la frase: “dale poder o dinero a una persona para ver cómo es realmente”. No me enamoré nunca de la plata, me enamoré de Vélez y lo cuidé y respeté a ultranza. Los dirigentes nos pagábamos nuestras cosas, decía: “si no choreo, no chorea nadie”, pero después encontraba algunos pillos que se llevaban comisiones, y se los hice devolver, por basuras, y mientras estuve yo se tuvieron que ir con la cabeza gacha, pero siguen por ahí dando vueltas, porque en este país no hay memoria para algunas cosas o se acomoda a la conveniencia de tal o cual. Fui siempre el mismo, genuino, con mis errores.
-Siempre remarcás que el mito en torno a vos de peleador guapo es agrandado por quienes lo cuentan. Podrías mandarte la parte, y, por el contrario…
-Siempre me agrandaron las historias y las relatan a mi favor, como que gané todas las peleas y por ahí me daban una paliza bárbara. Nunca tuve mucho miedo, pero por inconsciente, no por guapo.
Dentro de esas ´inconciencias´ en el Mundial de México 86 se tiró de un palco de mínimo tres metros de altura, para caer en la tribuna y pelear con los ingleses. Lo invitó a pelear a Carlos Monzón afuera de un restaurant.
A ´Pistola´ le gustaba el juego: tenía tres carreras de caballo, frecuentaba las ruletas, apostaba a la quiniela. Todo eso se terminó gracias a su rol dirigencial en Vélez.
-Vélez te sacó el vicio…
-Conozco gente que ha jugado toda su vida a la ruleta o lo que fuese, y ninguno en el tiempo terminó bien económicamente. Vélez me salvó de eso. Si bien hoy estoy mal económicamente, pero por una buena cusa: haberle dedicado mi vida a Vélez y descuidar mis negocios personales. Dejé de jugar porque siendo presidente del club si me veían en un casino iban a decir: “se está jugando la plata de Vélez”. Siempre prioricé el respetar al club y con el ejemplo entiendan todo el resto de los dirigentes que me acompañaban cuál era el camino elegido.
Raúl, como muchos jubilados que cobran la mínima, vive sumamente apretado económicamente. Tuvo que dejar el departamento donde residía hace mucho tiempo en Liniers porque no podía seguir pagando el alquiler y las expensas, y se instaló en Villa Luzuriaga, donde un amigo le prestó una vivienda. Como remarca: “es feo vivir de prestado, cuando uno tuvo una vida de trabajo”. Pero en el porqué está la verdadera riqueza de Pistola: “descuidé mis emprendimientos personales por Vélez, le dediqué mi vida, fue la pasión más grande que tuve”. Porque como decía el brillante Facundo Cabral: “pobre es el que no vive, rico es el que vive, con cosas o sin cosas. Rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita. El conquistador, por cuidar su conquista se transforma en esclavo de lo que conquistó”.
-Como dijiste una vez: “tuve una vida intensa con emociones”, sumado al respeto que te tienen todos… esa es la verdadera riqueza de la vida de un sabio.
-Totalmente, tengo esa gran riqueza, y volvería a hacer todo igual como lo hice por más que el resultado en la parte económica sea el que tengo que vivir hoy: estar apretado. Antes de Vélez tenía una inmobiliaria importante que andaba muy bien, y por Vélez dejé de generar ingresos económicos para mi hogar por abocarme 100% al club. Hay que vivir la realidad. Si hoy no vengo mucho de Luzuriaga a Liniers porque no tengo seis lucas para la nafta, diez lucas para comer afuera, no lo hago y punto. Este gobierno nos está haciendo agachar la cabeza en muchas cosas. A Milei le puede ir bien ordenando y siendo austero como pregona, pero no a costa de que los jubilados no coman, la ayuda social es muy importante para quienes realmente lo necesitan. Que aniquile a los que realmente hay que aniquilar: los intermediarios que se quedan con plata de los planes, y todo aquel que a costa del estado hace las cosas mal, está muy bien que corte todo lo feo del estado, pero promover el ´déficit cero´ arruinando a los más vulnerables, es de un tipo enfermo y cobarde. Habremos hecho las cosas muy mal anteriormente para que hoy lo tengamos Milei.
-Al margen de lo económico, dedicarle tu vida a Vélez te habrá sacado mucho tiempo y momentos con tu esposa e hijos, ¿esa sí es la parte que más te dolía?
-Mi señora no me exigió nada, cuando me tendría que haber exigido, siempre me acompañó. Sé que, en ciertos aspectos, no fui un buen padre y eso lo voy a lamentar siempre, el no estar presente en momentos importantes del crecimiento de mis cuatro hijos; es lo único malo de todo lo vivido con Vélez, lo único que trataría de hacer distinto si volviese el tiempo atrás. De todos modos, mis hijos son fanáticos de Vélez y cuando iban creciendo y veían los logros del club conmigo como presidente, era un festival todo.
-Históricamente ´Pistola´ estuvo en contra de las SAD, con argumentos sólidos, pero acá le pusimos sobre la mesa el siguiente debate: todos los dirigentes no son Gámez (gente honesta, que ama su club, que lo conoce de toda la vida y en cada rincón, con capacidad de gestión). En lo que va del siglo todos los clubes tuvieron pésimas administraciones deportivas/económicas/sociales. Dirigentes que no representaban a ningún socio, deportes federados que no tenían ni para los viáticos ni para la indumentaria ni materiales. Que llegaban en un Fiat Siena y se iban en un BMW. Mientras que Andrés Fassi con un excelso proyecto y trabajo serio, llevó a Talleres, que estaba hundido en el Federal A, a ser uno de los clubes modelos del país en todo aspecto.
-¿No crees que antes de debatir sobre las SAD o asociaciones sin fines de lucro, hay que debatir sobre la idoneidad y honestidad de quienes van a llevar adelante un proyecto?
-El fútbol necesita claramente un cambio porque cada vez se degenera más y para peor, pero un cambio en serio, no que venga un tipo con plata que cuando le va mal se va y deja todo peor que antes o venga para blanquear plata. Me encantaría que haya un proyecto serio que haga el cambio verdadero que se necesita. Por ejemplo, que el juego del Prode no esté mezclado con el fútbol, que genera suspicacia, mala enseñanza para los jóvenes, que se vuelven ludópatas. Un proyecto que controle de verdad a los clubes y que sea controlado transparentemente de forma objetiva, por ejemplo, por estudiantes que se reciben en la Universidad de Ciencias Económicas o por la Inspección General de Justicia, para auditar lo que pasa en cada club y que no sea tan fácil que un tipo venga un mandato, haga negocios, se haga millonario, desaparezca y no pase nada. Ese tipo de proyectos integrales sí los quiero, las Sociedad Anónimas no, eso que propone Macri hace 25 años y hace 25 años lo enfrento por eso. Milei cuando habla del tema, no sabe ni lo que dice, y Macri en lo único que piensa es en los negocios que le puede generar a sus amigos. Los dirigentes del fútbol, elegidos por los socios por cierto plazo, deberían cobrar un sueldo o viático, porque si vos le ponés la dedicación que corresponde estás ocho, diez horas adentro del club, yo estaba 14 horas por día. Eso te hace descuidar tu economía personal y si un dirigente hace plata en el club, es porque se la está robando.
Lo que sí es muy difícil de comparar entre clubes europeos y argentinos, es el rol social que un club tiene aquí: además del arraigo pasional y la idiosincrasia histórica que distingue a un equipo de otro, y que es el orgullo de sus hinchas, está la sideral importancia que tiene en una sociedad tan vulnerable en su coyuntura: un club es un lugar donde los chicos se alejan de la calle, donde compartir lo más hermoso de los vínculos humanos, donde se realizan decenas de actividades y deportes federados, donde se valora a los socios vitalicios, donde hay colegios… eso, en el concepto más empresarial de una Sociedad Anónima, puede no tener peso si solo se analiza la cuestión como meras cifras económicas en busca de rentabilidad. Raúl lo analiza así…
-Hay que cuidar al tipo que menos tiene y que pone tantos sentimientos en un club. Vélez da becas a pibes de bajos recursos para que puedan hacer deportes, para que vayan a la pileta. ¿Vos querés que yo a Vélez lo lleve a que no sea deficitario? Echo a muchos empleados que llenaron de valores al club, le saco los beneficios a los vitalicios que pagaron 30 o 40 años la cuota, saco las becas, vendo el nombre del estadio y que no se llame más José Amalfitani (el mejor dirigente del mundo), le hago publicidad a un político nacional … eso no lo quisiera nunca. No podés ir contra de 120 años de historia de un club, contra el sentido de pertenencia.
-Fuiste un gran enemigo público de Grondona, pero en el fondo ¿no era un vínculo de amor/odio? Él también, como vos, tenía barrio y calle. Entre todas sus máculas, ¿como dirigente era insuperable?
-Es cierto, yo creo que me veía como cuando él era joven. Era un burro como yo, sin estudios, pero tenía mucha capacidad. dirigente que te enseñaba, pero sin tomar su parte mala. Hubiera terminado en cana si no se moría. El predio de AFA en Ezeiza que hizo es una cosa impresionante. Era el dueño del fútbol, el que manejaba toda la FIFA. Me peleaba con él, pero nunca pensé en ser su sucesor y eso me lo valoraba, aunque me ha pasado factura con Vélez, no era gratis hablar mal de Grondona, pero siempre le dije las cosas de frente y hablamos todo cara a cara.
En su última presidencia en el Fortín (2014/17), Gámez no la tuvo sencilla. La situación del club no era buena y eso a Pistola lo preocupaba, llegando al extremo de declarar: “podría haberme perdonado que el equipo se vaya al descenso, pero nunca dejar en la quiebra al club, estuve a punto de pegarme un tiro”. ¿Una muestra más extrema y genuina del profundo amor de Pistola por Vélez?