Hoy es, para muchos, el mayor embajador de la historia del deporte. El que reúne todos los requisitos fuera y dentro de la cancha para ser tomado como ejemplo a seguir. Su caballerosidad, su personalidad elegante y sofisticada, su comportamiento señorial; lo convierten en ´Su Majestad´. Pero en ese mismo ser elevado, habitó, años atrás, un joven totalmente enloquecido. El Roger Federer adolescente era rebelde, poco profesional, desequilibrado emocionalmente, irascible, irrespetuoso con los rivales… incontrolable. ¿Cómo logró la metamorfosis y transmutación para pasar de ser ´un pequeño satán´ a una personaje solemne?