Michael Phelps: detrás del éxito, un infierno mental
Por Damián Giovino (@DamianGiovino)
Es uno de los dos más grandes deportistas olímpicos de todos los tiempos. El mejor nadador de la historia, con condiciones casi que sobre naturales. El máximo medallista con un total de 28 preseas: ¡23 de oro! Tres de plata y dos de bronce. Sin embargo, detrás del descomunal atleta y del éxito rotundo, hay una historia de profundos fantasmas mentales que atormentaron y perturbaron su vida durante largo tiempo. Urgido en funestos episodios de depresión, estuvo al borde del suicidio. Sin motivación de vivir, pasaba días encerrado en su cuarto sin poder dormir ni con ganas de comer. Michael Phelps es el ejemplo más crudo y carnal de que lo que la gente puede observar desde afuera como una vida soñada y perfecta, para el propio protagonista puede ser un calvario inaguantable.
“En 2014 había momentos en los que no quería vivir. La caída más fuerte la tuve después de los Juegos de 2012, no quería tener nada que ver con el deporte… y no quería vivir más. La depresión es un camino oscuro. Estoy extremadamente agradecido de no haberme suicidado porque fue un pensamiento que tuve el hacerlo. No salía de mi habitación en cinco días, no comía, prácticamente no dormía… no quería vivir. Después de cada Juego Olímpico entraba en un estado de depresión, simplemente no estaba bien, creo que en 2004 tuve mi primera depresión. Es algo que me va a seguir pasando toda mi vida, pero cuanto más aprenda sobre mí entenderé por qué me pasan estas cosas. De 2008 a 2012 no hubo muchos momentos de placer, hubo sangre, lágrimas y sudor. Se me estaba haciendo muy duro luchar contra la ansiedad y la depresión y me llegué a cuestionar si quería o no seguir vivo. Cuando llegué a este punto tan bajo decidí informarme y buscar ayuda con un terapeuta con licencia. Esta decisión me ayudó a salvar mi vida. Para llegar a los JJOO hay un trabajo de cuatro años y cuando terminan te sientes perdido de alguna forma. Muchos de los deportistas élite sufren de depresión y ésta se agudiza al final de las competiciones. No sabes qué hacer, a dónde ir, cómo seguir. No compartí mis problemas con la depresión por miedo al rechazo, porque se supone que somos personas fuertes, grandes y sin debilidades. Esto es algo que seguirá sucediendo a lo largo de mi vida. Pero mientras más pueda aprender sobre mí mismo, más podré comprender por qué suceden estas cosas. Nunca me curaré, esto nunca desaparecerá. Las personas que viven con problemas de salud mental lo saben, nunca desaparece. Tienes días buenos y malos. Pero nunca hay una línea de meta. La gente no entiende con qué lidian las personas con ansiedad o depresión o trastorno de estrés postraumático, no tienen idea. Aquí está la realidad: nunca me curaré. Esto nunca desaparecerá. Es algo en lo que he tenido que aceptarlo, aprender a lidiar con eso y convertirlo en una prioridad en mi vida. Y sí, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Mis emociones están por todos lados. Siempre estoy al límite. Siempre estoy a la defensiva. Hay momentos en los que me siento absolutamente inútil, donde me apago por completo. Si soy honesto, más de una vez grité en voz alta: ‘¡Ojalá no fuera yo!’. A veces hay una sensación abrumadora de que no puedo soportarlo más. Ya no quiero ser yo. Me meto en un patrón negativo de pensamiento en mi propia cabeza. Y cuando eso sucede, soy el único que puede detenerlo. Y generalmente no se detiene muy rápido. Solo lo arrastro, casi para castigarme de alguna manera. Eso es lo que hago si cometo un error o si molesto a alguien, entonces creo que siempre es mi culpa y simplemente me desanimo. Cuando eso sucede día tras día, puedes ponerte en una situación aterradora bastante rápido. Creo que hay que entender que está bien no estar bien. Tengo la mejor esposa del mundo. Es mi todo, es mi cable a tierra y me ayuda todos los días. Lo importante es mantenerse abierto y comunicativo. Ser capaz de no callarse la boca y creer que lo que te sucede es algo que puede asustar a muchas personas. Es un camino muy oscuro por momentos y tú solamente debes asegurarte de mantenerte abierto”.