Curly de ´Los Tres Chiflados´: sufrimiento detrás del humor
Por Damián Giovino (@DamianGiovino)
Fue el más entrañable integrante del trío más célebre de la historia de la televisión. Con su excelso talento y su gracia singular, construyó un personaje inigualable que trascendió generaciones y quedó perpetuado a la inmortalidad, siendo querido y recordado por todo el mundo. Ese protagonista alegre, genuino y locuaz que aparecía en la pantalla, distaba mucho de la persona que había detrás: alguien tímido e introvertido, poco sociable, atormentado por los excesos, los continuos problemas de salud y convulsionados matrimonios. La historia de Curly de Los Tres Chiflados, el hombre con el que la vida no fue humorística.
Jerome Lester Horwitz fue el menor de cinco hermanos. Era un chico tranquilo y apacible, con tendencia a ser introvertido, sin ocasionar problemas ni sobresaltos a sus padres. Lejos de percibir la vocación artística de la actuación de pequeño, tenía dotes para el deporte: era muy buen atleta y jugador de básquet, además de destacarse en el baile, y ser aprobado en el canto. A los 13 años, cuando estaba cazando, accidentalmente se disparó en el tobillo de su pierna izquierda con un rifle. Si bien pudo conservar su pie, le dejaría una secuela para toda la vida: un ligero cojeo al caminar, el cual usó a su favor, cómicamente, a la hora de interpretar su personaje de Curly, caracterizado por sus ampulosas monerías y ademanes en sus movimientos físicos. Los que sí desde jóvenes tuvieron clara su inclinación por la actuación fueron sus dos hermanos Samuel (Shemp) y Moses (Moe). Ambos intentaban forjar una carrera y hacerse un camino y nombre en el mundo del humor. Con el actor cómico, Ted Healy, como mentor, los dos hermanos, sumando a un tal Louis Feinberg (Larry), crean ´Los Tres Chiflados´. Su gracia y dotes comenzaron a hacerlos trascender, pero Shemp, harto del maltrato de Healy, abandonó el grupo. Fue allí donde, sorpresivamente, nace el personaje de Curly con solo 20 años. Por ese entonces, Jerome poseía una tupida cabellera y bigote, de aspecto impecable, pero no generaba impacto visual para hacer reír. Fue así que se rasuró el pelo y se afeito, dándole un aspecto simpático y gracioso. Esto no fue nada fácil para él y le trajo complejos e inseguridades en su personalidad, ya que siempre se caracterizó por su galanteo, ser apuesto y su debilidad por las mujeres, por lo que cuidaba mucho su aspecto. Al raparse y quitarse el bigote, no se sentía atractivo y su autoestima lo notaba. Curly se inventó y se creó a sí mismo, ya que no poseía formación actoral profesional, y su experiencia era casi nula. Todo partía de su creatividad, improvisación y espontaneidad; haciendo uso de su extraordinario talento para la gracia, casi sin respetar ningún guion y generando un sinfín de recursos en escena. Logró, con su carisma magnético, una sinergia inmediata y profunda con el público, que lo elegía como el favorito del trío. El exponencial y repentino crecimiento en su popularidad, le causó una presión difícil de afrontar. Al ser una persona tranquila y tímida, la vorágine de la fama lo arrastró y le provocó varios desequilibrios. Comenzó a comer y a beber en demasía, y a derrochar dinero en viviendas, coches, mascotas y mujeres. El hecho de que pensara que se había vuelto menos atractivo para las mujeres se tornó en una obsesión y le ocasionó severos problemas emocionales, refugiándose en el alcohol. La comida chatarra empezó a ser parte de su dieta habitual, lo que lo hizo aumentar considerablemente de peso. Fue su hermano Moe quien casi que tomó el rol de tutor de la vida de Curly, que iba sin rumbo en algunos aspectos. A menudo lo ayudaba económicamente, colaboraba en manejar sus ingresos y cumplir con sus obligaciones fiscales, además de estar siempre pendiente de que no ingiriera exceso de alcohol en su presencia.
Tras grabar casi 100 capítulos de la tira, en el apogeo absoluto del trío, su salud entró en una montaña rusa sin punto de detención. Su energía en escena no era la misma, sus movimientos eran más lentos y cansinos, su voz más gastada y su cara más arrugada. Tras un chequeo médico, por insistencia de Moe, fue diagnosticado con extrema hipertensión, hemorragia retinal y obesidad. Tenía sucesos en que se desmayaba en plenas grabaciones. En uno de esos episodios se cayó y tuvo un derrame en el ojo. Para esa época se cree que empezó a sufrir de pequeños derrames cerebrales que empezaron a reducir su capacidad mental. En 1946 sufrió un derrame cerebral masivo en plena grabación de un capítulo de ´Los Tres Chiflados´. En un alto para descansar, Moe lo encontró sentado con la cabeza caída y el labio desviado, sin poder pronunciar palabra y llorando. Pudo recuperarse, pero con secuelas motrices, cognitivas y en su habla; lo que hicieron que abandone, y para siempre, el trío. En su lugar regresó su hermano Shemp. En 1949 la salud de Curly se agravó cuando sufrió un segundo ACV masivo, el cual lo dejó parcialmente paralizado y lo confinó de por vida a una silla de ruedas, además de seguir empeorando sus facultades cognitivas. Luego sufrió una serie de ACV adicionales y sus últimos tiempos de vida se limitaron a estar internado en diversos hospitales y postrado en una cama. En diciembre de 1951, el supervisor del North Hollywood Hospital and Sanitarium avisó a la familia Howard que Curly había empezado a dar problemas al personal médico a causa de su deterioro mental. Sugirió que fuera internado en un hospital para enfermos mentales para un cuidado más especializado, pero Moe se rehusó. El 18 de enero de 1952 en el Baldy View Sanitarium en San Gabriel, California, murió de una hemorragia masiva cerebral, a la prematura edad de 48 años.
Curly tuvo cuatro matrimonios, la mayoría cortos y conflictivos. La primera vez se casó muy joven y solo estuvo con su esposa seis meses. Su segundo matrimonio duró tres años y de allí nació su primera hija, Marilyn. Su tercera unión fue la peor y más tortuosa: duraron solo tres meses y se divorciaron en malos términos, con juicio de por medio, lo que tuvo gran impacto mediático y cobertura de los medios. Esto le generó a Curly un gran desgaste en su salud física y emocional. Su último matrimonio sí parece haber sido el correspondido. En 1947, ya con considerables problemas en su salud, se casó con Valerie Newman, quien cuidó de él en sus peores momentos y estuvo a su lado hasta sus últimos días de vida. Además, tuvieron una hija, Janie. Curly era amante de los perros, y rescataba, en grandes cantidades, a ejemplares abandonados, callejeros, y les daba un hogar. Tal era su amor por estas mascotas que en su contrato con Columbia Pictures incluía una cláusula que le permitía llevar sus perros a los sets de filmación. Se estima que salvó y reubicó a más de cinco mil perros durante el tiempo que vivió.