Fue uno de los más grandes periodistas de habla hispana de la historia. De brillante lucidez, poseía un bagaje cultural formidable. Su personalidad entrañable, basto vocabulario, elegancia y claridad para expresarse, profundidad de sus discursos, creatividad, solidaridad, su humildad sin aires de divismo; generaban un gran magnetismo, interés y cercanía en su audiencia. Entrevistador extraordinario, llevó adelante charlas memorables con los más reconocidos protagonistas mundiales; los cuales, como con ningún otro, accedían a abrirse de mente y alma. Su legado es perenne y perdura, más vigente que nunca, en nuestros días, con repeticiones en toda América de sus más antológicas entrevistas. Como el mismo se definió: “elegí desde pequeño mi vocación de hombre que cuenta cosas a los demás hombres. Hombre que hace de testimonio, de testigo, de transmisor de noticias. Hombre que habla con los hombres para saber qué hay en el corazón y en la cabeza de cada uno. Fui un servidor para la sociedad”. Joaquín Soler Serrano, el hombre que puso su vida a disposición de los demás a través de su vocación. El maestro del periodismo en español.