Maldita religión
Por Damián Giovino (@DamianGiovino)
La religión es, junto a la política y los nacionalismos, lo peor que le ha sucedido a la historia de la humanidad. Las guerras, las muertes, la intolerancia, la humillación y denigración humana, los sacrificios, el adoctrinamiento, la discriminación; las peores atrocidades siempre han sido en ´nombre de un Dios´. Y, sin embargo, nos vendieron que el malo es el diablo, que no ha hecho nada. La iglesia te adoctrina de que si no sos un obediente borrego en esta vida, irás al infierno; cuando nada en la tierra hizo de este mundo un infierno como la iglesia. ¿Cómo se manifiesta el diablo en la tierra? A través de un fanático religioso. El opio de la iglesia de que si en esta vida sos sufrido, desdichado, sumiso a los dogmas; vas a ir al cielo; o sea, te venden que en otra vida serás feliz, y para eso hacen todo lo posible para que en esta seas infeliz, miserable y oveja del rebaño sin nada distintivo que aportar. Cualquiera que se sale de los moldes y de la prisión impuesta, ya es demonizado. Ha hecho una veneración del ´pobrismo´ y el ´victimismo´.
Cualquiera que hable en ´nombre de Dios´, que muestre el escrito en donde Dios le confiere y certifica ese derecho, eligiéndolo para ser su vocero. De lo contrario, no es más que un soberbio y perverso delirante que busca hacer sus negocios a través de ´Dios´. Algunos actúan de forma despreciable de lunes a sábado, pero los domingos van a misa. No buscar a Dios en un anciano disfrazado de blanco adoctrinando desde un balcón, sino en tu corazón en cada acción, en tu cabeza en cada pensamiento, en tu alma en cada respirar; resulta un camino más loable hacia la espiritualidad. A continuación, un compilado de reflexiones de grandes seres que pasaron por este plano, hablando sobre religión.
“No necesito de la religión, porque me puedo comunicar directamente con Dios, ¿para qué voy a perder el tiempo con intermediarios? Religioso es el hombre que busca la verdad para compartirla, no un dogma, algo que separa y divide: una secta. ¿Qué te hace suponer que, si naciste de un lado de la Franja de Gaza, el del otro lado es un enemigo? ¿Qué te hace suponer que por que ores a un Dios, el que lo hace a otro es inferior? Es una locura usar el nombre de Dios para dividir. ¿Cómo una religión va a separar a los individuos en vez de armonizar diferencias? La religión como ideología es una idea petrificada: está muerta. Padre nuestro que estás en los cielos, ¿cuándo vas a liberarnos de tus representantes en la tierra? En lugar de aprender de la madre naturaleza, que es la verdadera ley de Dios, su verdadera biblia; perdemos el tiempo en los templos. Yo quiero al Dios que llenó al mundo de montañas, animales y mujeres, al que hizo todo, y no a la iglesia que solo cobra los dividendos. Cómo voy a querer a la iglesia que cometió el terrible pecado de bendecir los cuarteles de donde salieron los asesinos de nuestros hermanos (en referencia a la dictadura argentina en donde la iglesia fue claramente parte de ella, por ejemplo, confesando a varios de los más altos militares dictadores de turno)”, Facundo Cabral.
“Para ser felices, ¿necesitamos religiones? Para amar, ¿necesitamos templos? La verdad no se encuentra en un oscuro santuario. No permitan que su mente o corazón sean esclavos de nada ni nadie, si lo permiten, crean religiones. Tan solo la mente libre puede ver la totalidad de las cosas. Nunca una mente partidaria puede ver los hechos como son. Hay que liberar la mente del miedo, mientras lo haya, se refugia en una creencia porque busca confort y seguridad. El hombre religioso es aquel que no pertenece a ninguna religión, a ninguna nación, a ninguna raza, que en lo interno está completamente solo, en un estado de no saber; para él adviene la bienaventuranza de lo sagrado. La religión de todos los hombres debe ser la de creer en sí mismos. Interiormente somos pobres; y es por eso que exteriormente tratamos de llenar ese vacío con creencias. Religión es la capacidad de experimentar directamente aquello que es inconmensurable, que no puede expresarse en palabras, pero eso no puede experimentarse mientras huyamos de la vida, de esa vida que hemos convertido en algo tan torpe, tan vacío, tan rutinario. No aceptar las cosas como te las dicen, sino ir más allá. Hay que poner corazón y mente para averiguar una forma de vivir diferente, eso depende solo de ti. No hay ningún maestro, alumno, líder ni gurú. Tú mismo eres todo eso. Hace falta una transformación radical. Los gobiernos quieren técnicos eficientes, y no seres humanos, ya que estos son peligrosos para ellos, así como para las religiones. Por eso los gobiernos y las religiones buscan el dominio sobre la educación.”, Jiddu Krishnamurti.
“La iglesia me odia por cómo hablo de ella, pero yo no le he hecho mal a nadie, mientras que la iglesia ha hecho mucho daño al mundo. Jamás una religión sirvió para acercar y unir a los seres humanos, por el contrario, solo ha servido para separar y dividir; ha hecho desastres, ha torturado, quemado, matado. La Religión obliga a creer a la gente lo que ellos creen y desacreditar lo que dicen los demás. Es decir, te afirman que el único y verdadero Dios es el que tal religión cree y los demás dioses son falsos; eso es un pecado de orgullo y vanidad que no tiene perdón. ¿Cómo una tonta religión puede osar asegurar que lleva consigo el verdadero Dios? Esa idea de dominio para imponer una religión se refleja en la miseria e intolerancia en que vivió y vive el mundo. ¿Por qué no se puede caricaturizar a la religión? Si algo en el mundo no puede ser caricaturizado, hay que dudar de eso… toda verdad instalada es sospechosa por el hecho mismo de ser instalada y no admitir críticas ni exámenes. Si Cristo, humilde como era, resucitara y llegase al Vaticano y viera toda la ostentación y lujos que allí hay, preguntaría: ´¿esto qué es?´, ´tu iglesia´ le responderían, ´¿mi iglesia? Si yo no hice ninguna iglesia´. Y preguntaría también: ´¿y ese señor de blanco quién es?´, ´tu representante en la tierra´ le dirán, ´¿mi representante?´”, José Saramago.
“Muchas veces vi altos dignatarios religiosos decir que los homosexuales no se pueden casar porque eso afecta la noción y constitución de familia: padre y madre, es decir que, en su lógica, eso atenta contra el desarrollo de la humanidad. Esas personas que sostienen eso están en iguales condiciones: son solteros, no tienen relaciones sexuales, no tienen mujer, no tienen hijos; o sea que también están afectando a la humanidad según su lógica, porque si todos fueran como ellos, la humanidad se termina, porque si el modelo son ellos que no se reproducen, ¿qué será de la humanidad? ¿De qué familia pueden hablar? Deben acepar las minorías sexuales y decir que están equilibrando la superpoblación, y solo así el resto puede aceptar a esos consagrados religiosos. Un hombre sale a un balcón en el Vaticano y es ´el jefe de la humanidad´, y ¿dónde está la mujer? Llevamos cuatro mil años de ´Dios Padre´ sin Dios Madre. No se puede vivir con la mitad de la humanidad. En el mundo espiritual la mujer tiene mucho que decir. No necesito creer en Dios, porque lo conozco. Todos tenemos un Dios interior, ese es nuestro centro y ahí hay que llegar. El templo eres tú, el sacerdote eres tú y te comunicas con tu Dios interior, porque somos una gota del océano divino, todo ser es sagrado, TODO es Dios. Un creyente no tiene fanático a un Dios, los tiene a todos, no tiene una religión, las tiene todas. El mejor templo, tu cuerpo; el mejor altar, tus manos entrelazadas; el mejor sacerdote, tu corazón. Muchos se están alejando de las iglesias para acercarse a Dios”, Alejandro Jodorowsky.
“Cuando alguien cree que es poseedor de una verdad, automáticamente ya está enfrentado al resto. El religioso dogmático es cerrado. El religioso te levanta un libro y te dice: ´Dios está acá adentro´, y ahí termina su argumento y cierra el debate. ¿Alguien con sentido común puede creer que Dios está solo dentro de un libro? Dios está en la flor, en la abeja, en el universo. La religión reduce todo a tener confianza en Dios. Si entendemos a Dios como la totalidad de la energía del universo, está perfecto, pero las religiones tienen un Dios infantil. La iglesia católica habla de amor al prójimo y de igualdad, pero las mujeres no pueden ser sacerdotes. Habla de amor al prójimo, pero el divorciado no puede comulgar; cuando la teoría no va con la práctica, eso se llama deshonestidad. Por eso es que el discurso de la iglesia no convence, porque no tiene relación con la realidad. Un judío ortodoxo no me puede decir que todos somos iguales ante Dios y nos trata por igual, cuando las mujeres no pueden ser rabinos. Las instituciones religiosas mantienen un discurso esquizofrénico y retrógrado; predican una cosa que no condice con la realidad. La religión te dice que te salvás si hacés lo que te impone, y si no, te mata, como tanto ha ocurrido. ¿Quién dijo que el sexo es malo, que la materia es mala, que la mujer es inferior? Solo una persona ignorante puede afirmar esas cosas que han hecho mucho daño. No se necesita ni del cura, ni del pastor, ni del rabino para ser buena persona. La propia divinidad le da la fuerza interior a cada uno para salir adelante. Dios no creó intermediarios para conectar con él; esos ´intermediarios´ nos costó a la humanidad mucha sangre y fuego, porque nos llevaron al conflicto, a la división, y a la discriminación. La religión es la hipocresía hecha carne. Todo en la religión desemboca en la ilógica y la contradicción. Para ser almas libres nos tenemos que cuestionar, porque si no lo hacemos caemos dominados por el poder religioso, cuyo objetivo es la manipulación de la gente, que a través del discurso de la ´fe´ te dice: ´usted tiene que creer y no pensar´. Dios nos puso una mente para pensar y la religión nos quiere bloquear esa función divina. No es necesario ir a ninguna iglesia para encontrar a Dios y conectar con él. La religión enferma y desequilibra, discrimina y es la antítesis de la espiritualidad”, Marío Sabán.
“El cristianismo es la doctrina que afirma que el hombre es profundamente culpable por el mero hecho de haber nacido, y enseña al propio tiempo que el corazón debe aspirar a la liberación, la cual no puede ser obtenida sino a costa de los sacrificios más penosos, por la renuncia y el aniquilamiento de sí mismo, vale decir, por una transformación total de la humana naturaleza. El hombre se forja a su imagen demonios, dioses y santos, que exigen a cada momento sacrificios, rezos, ornamentos, votos formulados y cumplidos, peregrinaciones, cuadros, adornos, etc. Ficción y realidad se mezclan en su servicio, y la ficción oscurece la realidad. Qué expresión y qué síntoma de la ingénita miseria del hombre, de la urgente necesidad que tiene de auxilio y existencia, perdiendo fuerzas e instantes útiles en vanas plegarias y sacrificios vanos, en vez de ayudarse a sí mismo. Se puede objetar a toda buena acción nacida únicamente de convicciones religiosas que no es desinteresada, que emana del pensamiento de una recompensa o de un castigo esperado, que no es puramente moral en su fin. Es necesario que el sudor y la sangre corran en abundancia para llevar a buen término los antojos de algunos, o para la expiación de sus faltas. El fin de esos afanes es mantener durante un breve espacio de tiempo a seres efímeros y atormentados, en el caso más favorable mantenerlos en una miseria soportable y una ausencia de dolor relativa que acecha el aburrimiento. El mundo es el infierno, y se dividen los hombres en almas atormentadas y diablos atormentadores. ¿Dónde fue a buscar Dante el modelo y el motivo de su infierno sino en el mundo real? Sobrepasa el infierno del mundo al de Dante”, Arthur Schopenhauer.
“Profesar una religión o afiliarse a un partido o a una doctrina es un buen pretexto para no pensar. Entre todas las sectas del cristianismo, el catolicismo es la que menos me agrada, no hay en ella mucha religión que digamos, sino política, mucha política. Su reino sí, ciertamente, es de este mundo. la teología es literatura fantástica. Mentalmente, el nazismo no es otra cosa que la exacerbación de un prejuicio del que adolecen todos los hombres: la certidumbre de la superioridad de su patria, de su idioma, de su religión, de su sangre”, Jorge Luis Borges. Una vez Borges se encontró con un sacerdote y le dijo: “Hola, colega”, este se vio asombrado y le respondió: “¿Usted también es religioso?”, a lo que el maestro literario le retrucó: “no, es que ambos vivimos de la Ciencia Ficción. Admitámoslo: ambos vivimos de la literatura fantástica”.
“Si hay tantas religiones es porque hay muchas personas infelices. Una persona feliz no necesita ninguna religión, no necesita templos ni iglesias, porque para alguien feliz el universo entero es un templo, la existencia entera es una iglesia. Alguien feliz no se dedica a la religión, porque su vida entera es religiosa. Cuanto se hace con felicidad, es una oración. Todos los mandamientos, toda la moralidad, solo sirven para inutilizarte. Las religiones y los políticos se nutren de la pobreza, les es más fácil esclavizar a los pobres. ¿Qué es la religión? Es un corazón sencillo y humilde, capaz de sentir. Lo que hoy existe como religión es una manifestación del ego, que es la raíz de toda la violencia. Después de las naciones, la segunda gran enfermedad son las religiones, porque han estado luchando, han estado matando por razones que no interesan a nadie. La desobediencia es la base del verdadero hombre religioso; la desobediencia a todos los sacerdotes, los políticos y los intereses creados. No busques la religión, búscate a ti mismo, así encontrarás automáticamente la religión. En las sagradas escrituras no hay religión, están muertas, e cambio la religión es una entidad viva. No hay religión en las organizaciones/sectas religiosas, porque dependen de los acuerdos, y la religión es una cuestión absolutamente individual; no es necesario salir fuera para conseguirla, solo hay que ir hacia dentro. La religión está en tu propia respiración, en cada gota de sangre, pero no tenemos el valor ni la determinación de buscarla. Está aquí como el sol, pero hay que tener los ojos abiertos. La religión es la vida, pero tienes que elevarte por encima del cementerio de tu cuerpo. El que despierta, encuentra la viva religión. El sabio llevará a su alrededor la fragancia de la rebelión, amará vivir en libertad; y la religión no quiere que seas libre porque en el momento que empiezas a utilizar tu propia inteligencia, te vuelves peligroso y una amenaza. Si sos sabio no podrán explotarte ni manipularte. Estoy en contra de todas las religiones, porque estoy a favor de la religión. El hecho de que haya tantas religiones es suficiente para probar que hay algo básicamente incorrecto, que no hemos sido capaces de descubrir la verdad sobre la religión; porque la verdad solo puede ser una, las mentiras pueden ser cientos. Ficciones puedes crear tantas como quieras, es tu imaginación, pero la verdad no es tu imaginación, es una revelación, no tienes que inventarla, tienes que descubrirla. Estoy en contra de todas las religiones, porque todas esas religiones no son religiones. Solo puede existir una sola religión, es totalmente absurdo que existan trecientas. Todas esas religiones son ficciones, creada por diferentes sociedades y personas”, Osho.
“Cuando otra persona puede determinar si eres feliz o infeliz, ¿no es la peor clase de esclavitud? Nadie viene al mundo con un propósito, a gente quiere uno dado por Dios; y si lo consigues, ¿después de eso qué harías? Los que creen que tienen un propósito, viven engreídos, pensando que están haciendo algo fantástico; vivirán en su propia trampa para siempre. Aquellos que creen tener un propósito dado por Dios, están haciendo las cosas más crueles en el planeta; siempre han estado haciendo las cosas más horribles de la humanidad, quieren destruir al mundo entero por las tonterías en las que creen. Si no trabajamos por la transformación individual, hablar de la paz mundial es solo un entretenimiento”, Sadhguru. “Transfórmate a ti mismo y habrás cumplido con la parte que te corresponde para ayudar a transformar el mundo. Todo humano debe realizar un cambio en su vida si desea vivir en un mundo pacífico”, Yogananda.
“Las intolerancias religiosas se deben a la falta de dignidad humana. No hay respeto a la vida interior de cada ser. Se educa desde el adoctrinamiento e imposición de dogmas. Estamos educados para no tener independencia, para ser sumisos y buenos borregos. Nos educan para ser súbditos”, José Luis Sampedro. “El caso es reducir al hombre a una máquina cuyo móvil principal no sea su voluntad, sino la de la iglesia y el gobierno. Quizá llegue el día en que se prohíba respirar aire libre, pasear o conversar con un amigo, sin permiso de autoridad”, Esteban Echeverría. “Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la iglesia, el estado y nuestro sistema educativo”, Charles Bukowski.
“Los curas, los obispos, los cardenales, los papas, las monjas; construyeron un Dios de yeso sin vida y sin espiritualidad, al que usan a su conveniencia y exhiben como pancarta, indispensable imán para limosnas y caridades”, Mario Benedetti.
“Estoy libre de todas las identidades: no soy cristiano, ni musulmán, ni judío, ni hindú; el amor es mi religión, mi alma es mi guía”, Rumi. “Mi religión es muy simple. Mi religión es la bondad. No hay necesidad de templos, no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestro propio cerebro, nuestro propio corazón son nuestro templo”, Dalai Lama. “Sea amable con todas las criaturas; Esta es la verdadera religión”, Buda. “Dios no habita en templos hechos por manos del hombre”, Esteban (Judío-griego, 1er protomártir del cristianismo).
“La religión mal entendida es una fiebre que puede terminar en delirio”, Voltaire. “La ceguera biológica impide ver, la ceguera ideológica impide pensar”, Octavio Paz. “Del fanatismo a la barbarie sólo media un paso”, Denis Diderot. “Teme al hombre de un solo libro”, Santo Tomás de Aquino.
“El cristianismo solo ha servido para debilitar aún más la civilización, generó represión en los sentimientos auténticos y sublimación del deseo. El alma cristiana no encarna la voluntad de vivir, sino la voluntad de nada, entendiendo la vida como sufrimiento y como enfermedad. La moral cristiana predominante no solo cree que tiene que conducir al individuo por el sendero de la virtud, sino por el camino de la felicidad. Pero el individuo no necesita ningún decreto moral en la búsqueda de su felicidad, ya que esta posee una naturaleza fundamentalmente individual a la que no pueden contribuir principios generales. Busco desenmascarar la falacia de la moral cristiana, porque nace del espíritu del resentimiento ante todo lo que es sano, fuerte y poderoso. La religión es metafísica para el pueblo, un narcótico que lo adormece y lo mantiene es un estado de dependencia. Las cosmovisiones, las ideologías, son errores, visiones parciales y enormemente dañinas. La religión no contiene verdad alguna, ni como dogma ni como símbolo”, Nietzsche.
La religión sirve, en teoría, según promueven sus cínicos referentes, para aliviar penas, dolores, para aferrarse a la esperanza, para encontrar cobijo y consuelo. Pues la gente, como hace con casi todo, tergiversa totalmente esa premisa. La gente se ha encargado de querer adoctrinar al propio Dios. Cuando un ser querido está enfermo se recurre a las iglesias para pedirle a Dios que lo sane, dando por hecho que tiene que ser así, solo porque es un ser querido. Es decir, se le exige a Dios, se lo intenta convencer con promesas. Así con todo. Le transmitimos a Dios nuestra necia soberbia de que las cosas deben salir como las planeamos, como creemos que debieran ser, y en base a eso le hacemos súplicas. Eso nos carga de ansiedad, incertidumbres. ¿Y si Dios, desde su sabiduría divina, considera que tal cosa debe ser y suceder diferente a como lo deseamos, de otra manera, en otro momento? ¿Y si Dios decide que es el momento y la situación adecuada para llevarse de este plano a ese ser querido? Si, total, todos moriremos. ¿Y si, con tino, sentencia que esa pareja no es para vos por diversas aristas? ¿Y si cree que no estás preparado aún para afrontar tal o cual desafío? Si un ser querido parte, nos sentimos desdichados; si un vínculo sentimental se termina, nos sentimos vacíos; si algo no sale bajo lo previsto, nos sentimos embrocados. Entonces la religión se vuelve una carga. Amar a Dios y respetarlo, que es entregarse a la espiritualidad, es entender que todo sucede regido por la sapiencia divina del universo. Dejar que Dios se exprese y actúe, aprendiendo de ello, creciendo, despertando la conciencia. A Dios sí hay que pedirle, pero pedirle, ante tal situación, que actúe justa y libremente como lo considere; eso otorga alivio, paz y aplomo. Por más que suframos por algo, lo cual es lógico, entendible y necesario, hay que entender que por algo así se suscitó, y ese ´algo´ es aprendizaje y fortaleza para el futuro: nos hace mejores.
La humanidad le vive pidiendo a Dios, pero ¿qué le hemos dado nosotros a él?