Dolores O’Riordan: la oscuridad bajo la luz del escenario
Por Damián Giovino (@DamianGiovino)
Como vocalista y compositora de la banda ´The Cranberries´, alcanzó el éxito mundial de forma repentina a muy corta edad. Apariciones constantes ante el público, conciertos, grabaciones, entrevistas y viajes permanentes: una exposición, presión y exigencia absoluta que Dolores no pudo resistir. Toda esa vorágine le causó graves consecuencias en su salud física, mental y espiritual. Fue abusada sexualmente durante cuatro años en su niñez. Murió, con solo 46 años, ahogada en la bañera de un hotel. La dura vida de Dolores O’Riordan, la mujer que en el escenario marcó una época con su magnífico talento, pero que abajo tuvo mucha oscuridad.
La infancia de Dolores fue compleja y difícil. Su padre, Terence, quien era granjero, sufrió un gravísimo accidente de motocicleta, cuando ella era muy pequeña, dejándolo paralítico y teniendo que vivir en una silla de ruedas por el resto de su vida, además de secuelas cerebrales. Su madre, Eileen, era una ortodoxa y dogmática católica. Como toda persona con esa tendencia, era muy cerrada y estructurada en la crianza de su hija: la sobreprotegía, la hacía usar la ropa que ella le decía (un vestido rosa de flores y lazos en la cabeza), no la dejaba maquillarse, y hasta pensaba que de grande sería monja. Eligió ponerle el nombre de Dolores en referencia a la Virgen de los Dolores. Era la menor de siete hermanos. Su familia era de clase muy humilde. Vivían en un área agrícola, en una casa muy pequeña, con tan solo dos habitaciones para los nueve integrantes. Para hacer aún más tétrico el contexto, su hermana mayor causó accidentalmente un incendio dentro de la casa, dejando sin un techo donde vivir a los O’Riordan. Entre los vecinos se organizaron para ayudarlos a construir un nuevo hogar. Siempre fue considerada como una niña ´rara´. En su colegio la apodaban The girl who writes songs (‘la chica que escribe canciones’). Además, tocaba el órgano en la iglesia. Nunca tuvo muchas amigas, por el contrario, no se sentía identificada con las otras nenas, y prefería dedicar tiempo jugando con sus hermanos. Usaba el pelo corto porque le gustaba pensar que pasaba desapercibida entre los chicos, como si fuese uno más, por más que pareciese un comportamiento ´machón´ en una niña. La cantante contó que en su adolescencia no se percibía atractiva.
Entre los ocho y los 11 años fue víctima de abusos sexuales por parte de alguien cercano y de confianza de la familia. Recién en 2014 se animó a contar públicamente el infierno que sufrió durante ese periodo, señalando que el efecto que le provocó en su autoestima y psiquis fue devastador y que convertirse en una celebridad mundial no le había proporcionado ningún consuelo. “Enterré lo que pasó. Lo entierras porque estás avergonzada de ello. Piensas: ‘Oh Dios, cuán horrible y asquerosa soy´. Tienes un odio hacia ti misma que es terrible. Eso es lo que pasa, crees que es tu culpa. Cuando me hice famosa a los 18 y mi carrera despegó, fue aún más duro. Ahí desarrollé anorexia”. En 2011 el padre de Dolores murió tas seis años de luchar contra el cáncer; en el funeral, se reencontró con su abusador.
El camino de Dolores al estrellato fue muy repentino y vertiginoso. Ingresó al grupo ´The Cranberries´, como vocalista y compositora, siendo una perfecta desconocida, y al muy poco tiempo, con el lanzamiento de los temas ´Linger´ y ´Zombie´, era una figura de alcance mundial, teniendo muy corta edad. Para verlo de afuera, convertirse en famosa, popular, exitosa y adinerada; es magnífico. Pero para vivirlo en carne propia, puede ser un infierno. Ser una artista reconocida de primera línea conlleva apariciones constantes ante el público, conciertos, grabaciones de videoclips, entrevistas y viajes por todo el mundo. Una exposición absoluta que conlleva muchísima presión y exigencia. Dolores no pudo resistirlo y todo eso le causó graves consecuencias en su salud física y mental. El estrés que todo ello le generó desencadenó depresiones y pensamientos negativos. En sus primeros años de carrera tuvo grandes enfrentamientos con la prensa sensacionalista británica, que la maltrató durante varios años. “La exposición con ´The Cranberries´ fue parecido a como cuando estás en una tormenta loca. Yo estaba en el ojo de esa tormenta. En ese momento era muy difícil, no podía apreciar lo que pasaba porque solo iba de hotel en hotel, de ciudad en ciudad, cantando, dando entrevistas, haciendo videos. Me volví muy famosa a los 18 años. Necesitaba tiempo libre, volver a mi casa, hacer cosas normales; encontrarme a mí misma, con mi alma, mi espíritu humano; saber quién era”. Después de vender más de 40 millones de discos, la banda se separó en 2003. O’Riordan estaba agobiada por su fama. “En ese momento pensé que nunca más volvería a hacer música, que en mi vida necesitaba encontrar cordura al 100%, y quería ser madre y esposa. No quería ser una persona famosa o estar en una banda. No quería tener contratos en mi vida. En resumen, necesitaba encontrar elementos de mi vida que sentía que había perdido. Creo que según te vas haciendo mayor, te das cuenta de que un montón de tristeza procede del hecho de que piensas demasiado, quizás, y te preocupas demasiado. Un grado excesivo de preocupación hace que te pongas triste. Yo antes solía preocuparme demasiado”.
La vida de Dolores estuvo marcada por un extraordinario éxito profesional, pero por mucha oscuridad personal debido a reiterados reveces que la vida le proveyó, y que desembocaban en diversos colapsos. La depresión, crisis nerviosas, el exceso de ingesta de alcohol, la perturbaron durante largo periodo. En 2013, en un cuadro depresivo, intentó suicidarse con una sobredosis. En una entrevista en 2014 confesó que su vida estaba descontrolada. Ese año le diagnosticaron un trastorno bipolar. “Hay dos extremos del espectro: puedes sentirte extremadamente deprimida y perder el interés en las cosas que amas hacer, y luego te sientes súper eufórica. Yo entraba y salía del extremo hipomaníaco por un período largo, pero solo puedes estar en ese extremo por cerca de tres meses hasta que tocas fondo y caes en la depresión. Cuando estás maníaco no duermes y te vuelves muy paranoico. La depresión es una de las peores cosas que te pueden pasar”. En noviembre de 2014, fue arrestada y acusada de agredir verbal y físicamente a una azafata y a la tripulación en un vuelo de Nueva York a Shannon. Cuando la policía la arrestó después de aterrizar, se resistió, recordándoles que sus impuestos pagaban su salario y gritando ´ ¡Soy la reina de Limerick! ¡Soy un icono! ´, golpeando a un oficial de la Garda y escupiendo a otro. Dos años después, golpeó a un policía en un arranque de furia. También fue demandada por una niñera que la acusó de ser una neurótica, que planchaba una y otra vez la misma prenda y despertaba a sus hijos en plena noche para bañarlos sin motivo alguno.
La cantante también sufrió insoportables problemas físicos: problema de espalda en la parte media y alta de su columna, y la respiración y los movimientos diafragmáticos asociados con el canto ponían presión en los músculos y nervios en esa zona y exacerbaban el dolor. A tal punto que tuvo que suspender varios shows programados por esa causa.
El 15 de enero de 2018, con solo 46 años, fue hallada sin vida, ahogada en la bañera de su habitación del Hotel Hilton, de Park Lane, junto al Hyde Park de Londres, tras una excesiva ingesta de alcohol. sus amigos más cercanos aseguraron que estaba terriblemente deprimida.