Cuando el amor es más fuerte
Por Damián Giovino (@DamianGiovino)
Afirman la mayoría de los protagonistas, que el jugador nunca muere. Que la carrera se acaba por cuestiones naturales y biológicas, pero que de mente y alma se siguen sintiendo futbolistas de por vida, a pesar de no poder ejercer la profesión físicamente. Muchos siguen vinculados al fútbol como entrenadores, formadores, dirigentes, representantes; pero ningún cargo destierra al hombre de botines y pantalones cortos. Muestra cabal de ello son los ejemplos de Matías Almeyda y Juan Sebastián Verón. Ambos se retiraron, pero al tiempo decidieron volver a la actividad, porque el amor es más fuerte.
En junio del 2012, a los 37 años, Verón se retiraba del fútbol profesional tras una formidable carrera. Luego de haber jugado en grandes clubes del mundo, de haber ganado muchos títulos y de ser considerado uno de los mejores futbolistas argentinos de las últimas décadas; la Brujita se despedía en el cuadro de sus amores, Estudiantes LP, al cual regresó para ser campeón de la Copa Libertadores y de dos torneos locales. ¿Qué más podía pedir? Era el cierre ideal. Ovacionado por todo el pueblo Pincha, siendo una de las máximas leyendas de la institución. Comenzó a despuntar el vicio en la Liga Amateur Platense en el club ´Asociación Coronel Brandsen´ y allí se dio cuenta que aún no podía soltar el traje de jugador. Confiando en la enorme jerarquía que lo caracterizó siempre y apostando a una buena puesta a punto desde lo físico, decidió regresar al profesionalismo en julio del 2013. Obviamente en el equipo de su vida. Alargó su carrera casi un año más, hasta que en mayo del 2014 volvía a anunciar su retiro. Parecía el definitivo sin lugar a dudas. Mucho más cuando en octubre de ese año fue electo presidente del ´León´. Pero había un capítulo más: prometió que volvería a ponerse los cortos si se vendía el 65% de los palcos del estadio que estaban construyendo y si el equipo se clasificaba para La Libertadores 2017. Y así sucedió. Con 42 años, Juan Sebastián estaba otra vez adentro de un campo, siendo presidente y futbolista de Estudiantes a la vez y convirtiéndose en el jugador más longevo en disputar el torneo continental. En mayo sí sucedió: Verón se retiraba definitivamente.
El caso de Matías Almeyda es aún más particular. Tras estar en la élite durante toda su carrera, integrando muy buenos equipos y teniendo mucha participación en la Selección, con solo 31 años decidió retirarse en Quilmes en 2005. Comenzó a jugar en el equipo argentino de showbol junto a Diego Mardona. En 2007 intentó un regreso nulo al profesionalismo, firmando contrato con Lyn Oslo de Noruega, donde no tuvo participación. En 2009, por invitación del Beto Acosta, se sumó a Fenix, equipo que militaba en la Primera C. Jugó sólo algunos partidos y fue expulsado un par de veces. Siguió jugando en el Fútbol Senior representando a River. Su muy buen estado físico más el muy mal presente que atravesaba River, hizo que el club en el cual se inició y alcanzó la gloria, le proponga, a sus 35 años, volver al profesionalismo, para sorpresa de todo el mundo futbolero. Allí el Pelado alcanzó un gran nivel, haciendo repertorio de toda su jerarquía: entrega, liderazgo, carácter, despliegue incansable por toda la cancha y adueñándose del medio campo a la hora de recuperar y distribuir.