Claudio Morresi
Por Damián Giovino (@DamianGiovino)
Fue un muy talentoso futbolista de grandes condiciones. Eso queda en segundo plano cuando se habla de su persona: un tipo íntegro, comprometido en causas nobles, culto y luchador incansable de los Derechos Humanos. Perdió un hermano en dictadura, asesinado de seis balazos en la cabeza. Fue Secretario de Deportes de la Nación. Humanizamos a Claudio Morresi, ejemplo de dignidad.
-Tu viejo, fana de Huracán, te llevaba con él a la cancha cuando eras chico. Imagino que haber triunfado en el club de tus amores habrá sido un sueño cumplido…
-Así es. Tengo en mi retina, en mi memoria y en mi corazón, el recuerdo de ir con mi papá y con mi hermano caminando de mi casa a la cancha de Huracán a ver los partidos. Volvía a mi casa soñando con ser uno de los jugadores que había visto dentro del campo. Tuve la suerte de cumplir ese sueño. Son pocas las personas que cumplen sus sueños, y yo soy un agradecido a la vida porque pude jugar en el club de mis amores. Llevo a Huracán en mi corazón, aunque River también tiene un lugar importante.
-Para graficar el fanatismo de tu papá, contanos por qué le puso de nombre Norberto a tu hermano…
-Le puso Norberto por Norberto “Tucho” Méndez. Habían quedado con mi mamá que mi él elegía el nombre del primer hijo, y ella del segundo, que fui yo. Si hubiese sido por mi viejo, vaya a saber el nombre de qué jugador de Huracán me hubiera puesto.
-Pudiste cumplir tu sueño de llegar a la Primera de Huracán gracias, además de tu gran talento, a tu superación para sobreponerte a un momento familiar muy tétrico.
-Sí. Pero al margen de mi historia personal, llegar a ser futbolista profesional, para cualquiera, es muy difícil. Nacen 600mil personas por año, y casi todos los varones quieren ser jugadores de fútbol. Así que es muy difícil llegar a una Primera División. Todo aquel que haya llegado, llegó porque tenía condiciones, pero también porque tuvo algo de suerte. Porque he visto compañeros muy talentosos que no llegaron a Primera porque el destino no les abrió la puerta en el momento justo. Yendo a tu pregunta puntual, es posible que chicos que tienen alguna problemática familiar, se amarren aún más al deseo de triunfar en el fútbol y dar un extra. Algo de eso sucedió en mi caso. Debido a la desaparición de mi hermano saqué una fuerza interior mayor a lo común para intentar avanzar.
– Imagino que el fútbol habrá sido una terapia para despejar la mente y olvidar por un rato tu tristeza…
-Sí. Mi casa era un lugar de mucha tristeza entonces uno buscaba constantemente lugares donde poder superar esa situación. El fútbol era uno de esos lugares. Yo jugaba bien desde antes que mi hermano desapareciera, pero luego puse mucho empeño en el fútbol para superar heridas y sobreponerme a los obstáculos. También para poder darle alegrías a mi entorno que estaba triste. Buscar la felicidad era el motor para avanzar. También veía al fútbol como una herramienta para poder tener un micrófono y denunciar las cosas que habían pasado. El fútbol puede ser un lugar de denuncia, un lugar para construir una sociedad mejor.
“No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba”. Dijo alguna vez el filósofo y escritor italiano Séneca.
-Aunque parezca una pregunta perversa: ¿crees que en cierto punto fuiste un afortunado de haber atravesado una situación tan tétrica porque eso ayudó a forjar tu carácter y tu lucha para convertirte en la persona que sos, ejemplo para muchos?
-Puede ser. Pero si pudiese elegir, preferiría no transitar ese camino y tenerlo hoy a mi hermano conmigo. Pero es posible que ciertas situaciones, como te decía antes, hagan que uno saque una fuerza interior impensada y dé un plus extra para cumplir los objetivos. Ciertas circunstancias forjan tu carácter y te marcan.
-Pasados los años, ¿alguna vez tuviste el miedo de olvidarte de la voz de tu hermano?
-Uno lucha para eso. Para no olvidarse de su voz, no olvidarse de ciertas imágenes y situaciones. Hoy con la tecnología y las diferentes plataformas, es muy fácil guardar fotos y archivos de recuerdos. Cada vez que encuentro algo, lo guardo. Mi papá falleció hace un tiempo y eso hizo que mi mamá se tuviese que mudar y ahí uno revisa las cajas con los álbumes de fotos que te hacen rememorar ciertos momentos del pasado. A mi hermano no lo quiero olvidar nunca. Él abrió un camino.
-Sos una persona muy culta. En el negocio del fútbol actual, ¿hay lugar para la gente que busca profundizar y transmitir valores y cultura?
-Siempre en las diferentes épocas hubo personajes que intentaron dar esa lucha. Porque al fútbol se lo ha visto muchas veces como un instrumento para adormecer a los pueblos, idiotizarlos. La dictadura lo ha utilizado para ocultar sus crímenes. Es cierto que hoy el capitalismo se ha metido de lleno en el fútbol y lo único que interesa es ganar dinero. Pero hay personas como Menotti, Valdano, Bielsa, Cappa, que intentan luchar contra eso, sosteniendo los valores, intentando construir una sociedad mejor y demostrar que el fútbol es una expresión culturar masiva.
-En la dictadura había libros prohibidos y en un control temiste que te vieran uno que tenías y te lleven. Hoy en democracia se puede leer cualquier libro y sin embargo la gente tiene poco incorporado el hábito de la lectura. ¿Te da pena eso?
-Es cierto. Las redes sociales provocan eso en cierta parte. Hay gente que pasa muchas horas conectada a las redes. Uno desea que haya un equilibrio. Las redes cumplen una función, pero que no se pierda el placer que genera la lectura de libros y que permiten ir a diferentes lugares de la imaginación a través de las letras.
-Has dicho que te resultaban injustos los halagos de la gente porque un futbolista no es tan trascendente para una sociedad como lo es un médico…
-Sí. Un médico está definiendo la vida de una persona en todo momento. Un futbolista no es tan importante. Pero acepto que es parte, injustamente, de la sociedad que tiene pasión por el fútbol. Uno intenta transmitir el mensaje de que la gente también pueda ver otras cosas, que el fútbol no es todo. El negocio del fútbol, inmerso en el capitalismo, toma a ciertas personas y les da mayor importancia que la que verdaderamente tienen, y la gente compra eso.
-A la edad en que la gran mayoría de la gente está rumbeando y asentando su vida, 30 años, vos ya estabas retirado. ¿Cómo lo viviste?
-Sin dudas que el retiro es sumamente traumático porque hasta ese momento uno pensó y vivió por y para el fútbol. De pronto eso se te acaba y tenés toda una vida por delante. Facilita mucho las cosas el hecho de siempre ser consciente que, si bien el fútbol tiene un lugar preponderante en la vida de uno, hay otras cosas en la cual poner la cabeza. Si vos mientras jugás te desarrollás en otras cosas, no se te hace tan traumático el cambio de vida tras el retiro. Facilita el instruirse en otras actividades, de leer. Todo desde antes de retirarse. Uno trata de transmitirle a los jóvenes que es importante terminar de estudiar. Que, al margen de la pelota, hay que buscar otras cosas para ir pasando la vida de una manera más digna. Hay que preocuparse por mejorar nosotros mismos y la vida de los demás.
–A vos se te reconoce por ser mucho más que un jugador de fútbol…
-Me da vergüenza que me digas estas cosas. Yo nunca desperté pasiones como jugador, sé que fui un buen jugador. Lo que sí he despertado es respeto, eso es lo que recibo siempre por parte de la gente, y me llena de orgullo. La gente sabe que tuve situaciones de vida, que tuve una militancia política, ideas. Yo camino por un lugar. He estado en cargos públicos como funcionario y jamás he tenido una causa. He intentado siempre ser una herramienta más para que la sociedad mejore.
13 años después de la desaparición de su hermano, un documento secreto del ejercito informaba la forma en que había sido asesinado (seis balazos en la cabeza) y el lugar en donde fue arrojado. Mediante un trabajo de antropólogos, el cuerpo fue hallado enterrado en el cementerio de General Villegas.
-Haber encontrado el cuerpo de tu hermano y darle una digna sepultura para despedirlo, habrá sido un alivio para vos y tus padres…
-Sí, era de alguna manera cerrar un ciclo de vida, como corresponde. Pudimos recuperar el cuerpo, cosa que muchos familiares de desaparecidos no pudieron. Esto demuestra la inmensa cobardía que todavía tienen quienes cometieron el genocidio y los crímenes de lesa humanidad, porque ellos pueden dar información. Tienen la información como para decirles a muchas familias que no saben que se hizo con su hijo/hermano. Mi mamá va todos los domingos a visitar a mi hermano en donde está enterrado. Que es el mismo lugar en donde ahora descansa mi papá. Están juntos. Cierra un montón de cosas que tienen que ver con los ciclos de la vida de las personas. Es importante que eso suceda.
– ¿Es cierto que Grondona te bajó de que seas convocado a la Selección por hablar de temas políticos?
-En un momento varios compañeros de mi equipo, que estaban en la Selección, me dijeron que me prepare porque el técnico me iba a convocar, que les había estado preguntado por mí. Eso nunca terminó ocurriendo, al parecer, porque cuando el técnico lo comentó con Grondona, Grondona le dijo que no me convoque porque yo hablaba mucho de política. Si fue así, fue muy injusto. Siempre he hablado, siempre he participado, siempre me involucrado y defendido mis ideales.